Baños de sol. Curas de invierno.
El viento caprichoso que me despeina a ráfagas. Y el sol delicioso que me calienta cuando descansa la brisa invernal.
La arena que se levanta, me hace cerrar los ojos y viajar lejos y adentro hacia mí.
El sol que deslumbra con chispas de fuego y transforma en medicina el agua del mar.
Un cielo azul, limpio, suave e intenso que me serena.
El rumor del mar que me mece cálida y profunda.
La línea del horizonte que se dibuja neta e infinita. Esperando que el sol como cada tarde caiga como si fuera ya para siempre.
Paisajes fríos que llenan de calor el alma.
Días de una Luz que resuena dentro eterna.