Dejarte ser. Amarte.

Horitzó

Durmiendo sobre mí siento que ya tienes un año y que poco a poco te vas haciendo grande. Haciéndote tu lugar fuera de mí. Te añoro en parte cuando me doy cuenta y al mismo tiempo me deleito en verte crecer.

Disfruto de poder abrazarte entre suspiros mientras duermes.

Me enamoran cada uno de tus respiraciones, tu piel suave y perfecta como tú, como has venido. Me enamoran esas pestañas que durmiendo cierran los espejos del alma mientras te reencuentras contigo en este sueño reparador.
Me enamora sentir el latido de tu corazón, tu calidez, sobre mí, piel con piel. Me llena tu olor mientras acaricio tu cabello.

Me cautiva la serenidad, la paz y el Amor que desprendes.

Reprimo las ganas de abrazarte más intensamente para no interrumpir tu sueño. Como si te quisiera así conmigo ahora y para siempre. Pero sé que no puede ser.
Naciste para volar cuando sea la hora y te acompañaré. Guardaré en secreto que me gustaría retenerte. Y llamaré al viento, al cielo, al sol, a la luna y las estrellas que guíen con acierto cada uno de tus pasos. Y cuando sea la hora, permaneceré quieta, contemplando en cada paso cómo te haces grande. Atenta por si me necesitas. Pero sobre todo, agradecida por lo que me regalas.

Espero saber hacerlo, hijo mío. Mi corazón siempre estará en ti y contigo mientras caminas. Si lo necesitas, no dudes que estaré allí para lo que haga falta.

Con mucho amor.