Declaración de intenciones cuando te conozco por primera vez.
Te recomiendo leerla si estás pensando en comenzar un proceso.
A. es una mujer que llegó a la consulta en un momento en que se sentía un poco perdida.
No sabía muy bien qué quería hacer con su vida aunque siempre lo había tenido claro.
Además, hacía unos meses había tenido un hijo. Ya tenía otro más «grande». Pero este posparto la había afectado de manera diferente.
A. ama a su familia con locura. Y a la vez siente que no puede con todo. Echa de menos a su pareja. Extraña la relación que tenían antes y a la que no sabe cómo volver. Al mismo tiempo lo quiere lejos. No sabe cómo acercarse a él. No sabe cómo volver a lo que tenían. Con su madre siempre se había entendido bien. Desde que es madre, sin embargo, no sabe qué ha pasado y le cuesta mucho más. Su trabajo la llenaba pero ahora tiene muchas dudas. Se siente perdida.
A. llega. Se sienta. Se acomoda. Intercambiamos miradas. Le digo lo que siempre digo cuando llegáis por primera vez a la consulta y que para mí es muy importante.
Hola A. Si te parece empiezo yo que es más fácil.
Hoy llegas aquí y quiero que te hagas a la idea de que abres una puerta.
Solo vienes a ver si este espacio, si la persona que te acompaña es para ti. Simplemente date la oportunidad de ver si todo esto resuena contigo y conectamos.
Entonces decides si quieres continuar. Una vez cierres esta puerta hoy, tú decides.
No puedo gustar a todos ni conectar con todos, le digo. Busca la persona con quien conectes y si no hay feeling no es para ti. Una persona con la que no conectes seguramente no te puede ayudar.
Conectar con todos simplemente es imposible. Y solo cada persona al terminar el primer encuentro sabe si es su lugar.
He escuchado tantas veces a personas que han estado haciendo un proceso con profesionales con los que no se sentían del todo bien… Para mí es esencial. Y por eso es lo primero que os digo.
Volvemos a A.
Després li faig la primera pregunta a l’A. Quasi sempre la primera pregunta.
Le digo:
Ahora que ya has abierto esta puerta, me gustaría que me expliques qué ha hecho que vengas aquí. ¿Qué te impulsa a abrir una puerta de alguien a quien no conoces? Aunque alguien te haya pasado mi contacto o me conozcas a través de la experiencia de alguien más. ¿Qué te trae aquí a ti?
Aquí A. más largo y extenso me explicó bien enredado lo que yo os he resumido al principio. Me lo explicó tan enredado como estaba en su mente.
La mente enreda bastante la vida. Por suerte, cuando os acompaño usamos el cuerpo y el focusing para reconocer la verdad que hay en el cuerpo. Y los nudos se van deshaciendo. Y todo se vuelve más fácil de lo que era al principio.
Hablamos un rato. Vemos cuáles son las cosas más importantes para ella. Mentalmente voy anotando qué es lo que necesita cuidar en primer lugar.
Me aseguro de que A. se sienta cuidada, escuchada e importante.
Todas tenemos la necesidad de sentir que nuestra historia es importante. Y es que cada historia es MUY importante. Me gusta pensar que si hago algo en esta vida es esto:
Ayudar a cada persona a que ame su historia. A que honre su camino. A que haga de sus heridas, cicatrices.
Amar la historia no es amar lo que ha pasado. Es amar quiénes somos con lo que nos ha pasado.
Así caminamos más ligeras.
Más cercanas al placer.
Más decididas.
Entendemos de dónde venimos y dónde estamos. Y eso es imprescindible para decidir hacia dónde vamos.
Volviendo a la consulta. Después de hablar un buen rato. Después de asegurarme de que he entendido cómo se siente A. y lo que necesita, juntas ponemos rumbo.
Le hago una propuesta de qué y cómo podemos trabajar en este espacio. Y cómo podemos trabajar para saber si se siente cómoda. Para asegurarme de si es hacia dónde quiere caminar.
Aquí acabamos nuestro primer encuentro.
Le digo que ahora es momento de que valore si este es su lugar. Si la dirección que marcamos es la que necesita. Y si la puerta que ha abierto es la suya.
A. no se espera y me dice que quiere empezar. Ya quiere marcar la siguiente fecha.
Y así acaba la primera vez que nos encontramos con A. Sale de la consulta con una mirada diferente.
Una de las mujeres que llegan. Y que poco a poco se despliegan.
No pasa mucho tiempo y las semillas van dando fruto.
Traigo aquí esta historia para que sepas que las cosas que nos pasan a todas no son tan diferentes.
Que la clave está en las relaciones y cómo nos sentimos en ellas.
Abrazar tu historia te lleva a saber y comprender cómo son tus relaciones.
Un aprendizaje que te ayuda para siempre.
Esta semana ha sido especialmente hermosa. Una semana en que algunas mujeres me han hecho saber que mi trabajo tiene sentido. Que el camino que han emprendido las está llevando a ser otras. A mirarse y hablarse de otra manera. En definitiva, a amarse y saber que merecen.
Me recuerdan que tiene sentido lo que hago. Que tiene sentido seguirme formando.
Y eso le pido a la vida. Que pueda seguir haciendo crecer mi mirada. Y que la pueda poner al servicio de los demás.
Si has llegado hasta aquí gracias.
Juntas es más fácil.
Un abrazo
¡Disfruta!