A veces me siento atrapada viviendo a cámara lenta. La vida me sorprende haciendo una pausa en mis planes. Parece que de un momento a otro todo debe encajar, pero de repente todo se detiene. Como si sintiera en mí el silencio del Universo. Y placenteramente me dejo llevar por ese silencio.
Y es entonces cuando escucho las preguntas.
Es entonces cuando siento que vivo.
Es entonces cuando intuyo el misterio de la vida que se me escapa.
Es entonces cuando me doy cuenta de cuánto tengo por aprender.
Es entonces cuando me sé maravillosamente acompañada en este viaje.
Es entonces cuando me asaltan las dudas.
Es entonces cuando los miedos me atraviesan fríos y crudos para ponerme en mi lugar, respirar, mirarlos a los ojos e intentar avanzar despojándome de ellos.
Es entonces cuando me siento libre.
Es entonces cuando me sé al servicio de la vida que me enseña y me acompaña en el entramado de un plan divino perfecto, que no recuerdo, pero me encanta.
Es entonces cuando me siento fresca, viva, hechizada, sorprendida y expectante por saber qué tenía que aprender en esta pausa.
¡Bienvenido sea! Abrazo con amor todo lo que me espera.