Mi verano ha sido confuso. No sé si es algo que me ocurre de vez en cuando para hacer balance. Si es la vida… Pero este verano…
…la confusión se convirtió en la sensación reinante.
Como buena controladora y capricornio que soy, me resisto profundamente a la confusión. Y cuando digo profundamente, es profundamente.
Cuanto más me resistía a la confusión, más se instalaba. Cuanto más me resistía, más grande se hacía.
Así que le hice espacio. Un día le dije: De acuerdo, estás aquí. Te doy la mano.
Algo se aflojó solo al darle la bienvenida.
Y supe que venía de una etapa en la que tenía todas las respuestas. Y que ahora empezaba otra en la que solo tenía todas las preguntas.
Era como estar en un paisaje de niebla. No veía nada frente a mí. Eso es la confusión para mí. Un paisaje de niebla.
A ratos, con lo que sucedía dentro de mí, me desesperaba. Necesitaba aferrarme a algún lugar seguro. Sentía que lo que eran mis anclajes habían desaparecido. En mi manera de vivir ciertas cosas estaban cambiando.
En un momento de lucidez, entre toda la confusión, me dije un par de frases que en estas situaciones me calman.
Confía. Detrás de la niebla, siempre está el sol.
La vida te sostiene.
Aquí también algo se relajó.
Era como saber que este paisaje de confusión no venía para quedarse para siempre. Simplemente estaba allí, esperando que yo encontrara nuevos puntos de referencia.
Y los he encontrado.
En mí, claro.
Otras palabras que me calman son:
No estás sola, estás contigo. No estarás mejor con nadie.
De hecho, son las palabras que le canto a mi niña interior cuando necesita consuelo. Y les aseguro que en este momento confuso, a ratos, lo necesitaba.
Sabía que era un consuelo que por más que lo buscara afuera me lo tenía que dar yo. Necesitaba mecerme.
Y entre palabras, balanceo y confianza he ido encontrando nuevos puntos de referencia. Siguen aquí las preguntas, pero ya hay nuevos anclajes.
Sigo sin tener todas las respuestas. Pero ya he encontrado dónde aferrarme.
La verdad, no sé muy bien por qué te cuento esto. Venía a contarte otra cosa. Pero esto es lo que los dedos han recordado.
Quizás, si en algún lugar de ti hay un trocito que siente la niebla presente. Que está buscando nuevos puntos de referencia. Que siente que el lugar seguro se ha esfumado un poco. Te puedo prestar las palabras que a mí me han hecho bien.
Cierra los ojos trata de decirte:
De acuerdo, Confusión, estás aquí. Te doy la mano.
Confía. Detrás de la niebla, siempre está el sol. La vida te sostiene.
No estás sola, estás contigo. No estarás mejor con nadie. Siempre te tienes.
Que tengas un día lleno de Paz.
Un abrazo,
Neus
P.D.: Y mientras la confusión bullía dentro de mí… Afuera ha sido un verano lleno de mar, de amaneceres, de salidas familiares, de baños que habría hecho eternos, de sonrisas, de lágrimas, de besos, de dudas, de inquietud y de confianza.
Ahora, miro atrás y siento que lo que me ha permitido poder vivir el verano un poco mejor, es detenerme, acoger y estar presente con lo que sucedía dentro.
Quién sabe. Quizás alguna frase de todo lo escrito te sirva.